Sobre “Esterno notte” y el secuestro y asesinato de Aldo Moro

Desde que vi el primer capítulo de “Esterno notte” pensé que me encantaría trabajar en una serie así. Está dirigida por Marco Bellocchio, dividida en 6 capítulos de unos 45 minutos, a lo largo de los cuales se narran los hechos ocurridos en Italia, entre los primeros días de marzo al 9 de mayo de 1978. El período en el que se produce el secuestro y el asesinato de Aldo Moro.

En medio de una crisis política, en la que el gobierno de la nación se encuentra en plena negociación de un acuerdo histórico con el Partito Comunista Italiano (PCI). Es la primera vez en la historia contemporanéa en la que un país occidental, se produce un pacto entre el bloque más conservador, la Democrazia Cristiana (DC) y la izquierda comunista del PCI. Todo ello traerá una moción de censura y un más que probable cambio de tendencia y de gobierno en Italia. Así que, con este acuerdo sobre la mesa son varios los grupos políticos los que están en contra. Por un lado, la oposición del gobierno italiano, pero no sólo ellos. El mundo se encuentra inmerso de lleno en la Guerra Fría y otros países, como EEUU, Inglaterra o Alemania, miran de reojo esta alianza.

Un reconocido miembro del PCI, Leonardo Sciascia,  lo plasmó en su obra “El caso Moro”, cargada de polémica entre los partidarios y los opositores de uno y otro bando. 

En una entrevista en la Revista Triunfo, al propio Sciascia, publicada en diciembre de 1978, realizada con motivo de la publicación de “El caso Moro”, en España. La revista dedicó unas cuántas páginas a esta obra y mantuvo una conversación al respecto con el autor, que en ella, dijo:  “Lo único que se podía hacer para demostrar que el estado existe, era sacrificar a su máximo representante, Aldo Moro”. No debió dejar indiferente a nadie porque he encontrado más artículos y entrevistas relacionadas con ambos durante esos años en la misma revista Triunfo y en otras publicaciones de todas las tendencias ideológicas.

Aquel libro, “Il caso Moro”, cayó ante mí hace ya bastantes años, en una asignatura de literatura italiana durante la universidad. Por aquel entonces yo debía de estar en otras guerras y me di al “umorismo” de Pirandello, la obra fantástica de Rodari e incluso al Decamerón de Boccaccio, y dejé de lado a Sciascia y a Aldo Moro.

Retomando la serie de Bellocchio, el ex primer ministro de la república italiana es Moro, en ese momento es el presidente de la DC y defiende el acuerdo con el PCI. El 16 de marzo se celebra la ceremonia de investidura de esta nueva formación de gobierno, pero las Brigatte Rosse asaltaron a los escoltas y el coche oficial que llevaba al presidente de la DC. Acabaron con la vida de todos ellos y se llevaron a Moro. El secuestro se prolongó durante 55 días de incertidumbre, de miedos, de especulación, de negociación, de esperanza… 

Y cuando decía antes que me encantaría trabajar en una serie así lo decía por los detalles de la ambientación, la caracterización de los personajes, el vestuario de finales de los 70s, la documentación histórica, todo lo que le da tanta veracidad al relato. Aspecto que destaca especialmente y que llamaron mi atención desde el primer momento.

Además, la estética general de la fotografía, la manera en que está rodado te planta directamente en esos meses de la primavera de 1978. Donde nunca he estado, pero que gracias a Belocchio he vivido en tensión, con curiosidad, con dudas de hacía dónde irá toda la trama y eso que el final lo conoces de antemano.

La documentación e investigación, como ya he dicho, muy cuidada, se ha llevado a cabo en diferentes archivos, bibliotecas, centros de documentación y hemerotecas históricas.

Entre ellos destacan los siguientes: 

Cuando estaba inmersa en los capítulos, una amiga a la que ya se la había recomendado, me envió este podcast ¿Por qué no conviene aprender historia a través de las series?: de The Crown a Exterior noche. En él hablan de varias series históricas / historiadas y algunas licencias de guión que cambian la Historia (con H mayúscula). La que hace referencia a Esterno notte es verdad que es visualmente impactante, pero no creo que haya cambiado mucho el relato. Al menos a mi, que ya había pasado por ella cuando lo escuché, no me cambió la perspectiva ni el rumbo de la historia. Aún así, entiendo el debate sobre lo que significa, a nivel de credibilidad y veracidad de la imagen para el público y la capacidad crítica (o no) del espectador…

Siempre me ha llamado la atención que la escena de los fusilamientos del 2 de mayo de Goya se cuestione menos que una fotografía de cualquier conflicto bélico del siglo XX, donde se suele poner en duda la intención del autor al elegir un ángulo, un encuadre o una escena concreta en lugar de otra, pero nadie se hace esas mismas preguntas cuando mira el cuadro del artista aragonés de Fuendetodos y cree que lo que está viendo fue así.

No obstante, al final de cada capítulo se muestra un rótulo en el que deja claro que los hechos y que algunas de las situaciones, los nombres de algunos personajes, de los partidos políticos y los actos públicos y privados han sido reinterpretados. Por lo tanto, parece claro que no todo es como se muestra. Ampliar esa información dependerá de la curiosidad del espectador.

La estructura de la serie se presenta de manera monográfica. Cada capítulo está enfocado en un personaje o grupo de personajes y da la visión de uno u otro. Con lo cual se van mostrando piezas de un puzzle que no está completo hasta las escenas finales del último capítulo. Éste concluye en un collage de archivo audiovisual extraído de la RAI. Y los capítulos, pues, primero, Aldo Moro, le sigue El ministro de interior, después El Papa, a continuación Los terroristas, para ir cerrando Eleonora y por último, El fin. El desenlace que ya conocemos.

El hecho histórico ha ocupado otros espacios con anterioridad, en 1986, Giuseppe Ferrara contó Il caso Moro. Y el propio Belocchio habló del caso de Aldo Moro en 2003, en el largometraje “Buongiorno, notte”, desde un punto de vista diferente. No he visto ninguna de las dos, las dejo en esa lista de “pelis pendientes”, que nunca disminuye, porque cuando sale una entran dos… como ahora.

Si os habéis quedado con ganas de ver Esterno notte, y no sabéis donde encontrarla, está disponible en Filmin.

Y, cosas de la vida, en los últimos meses estoy inmersa en una producción que guarda cierta relación con la serie “Esterno notte”. Cuando empecé a verla no sabía que a estas alturas iba a estar en este proyecto. Siempre buscando unir temáticas, conceptos, aunque sea semánticamente, buscando relaciones de aquí y de allí como para justificar vete a saber qué. No lo puedo evitar. Será casualidad, serendipia o será que mi cabeza funciona así.

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Tres minutos de metraje encontrado…

Hace unos días un amigo me recomendó ver la película “Tres minutos: una exploración”. Me dijo: “Creo que te gustará, si no, de todos modos, es cortita.” Conociendo su criterio le respondí: “La veré y te cuento. ¡Gracias!”. La vi y se lo agradecí aún más.

Está disponible en Filmin “Tres minutos: una exploración” (2021, Bianca Stigter)

El punto de partida es el hallazgo de varios rollos de película Kodak de 16 mm., algunos en color y otros en blanco y negro. Los encontró, en 2009, Glenn Kurtz, en la casa de sus abuelos en Palm Beach Garden, Florida. No tenía ni idea de lo que contenían, pero poco a poco fue desgranando la historia que se había quedado congelada en esos rollos de celuloide. Probablemente el metraje total fuese más largo, pero por su estado de conservación quedó reducido a poco más de 3 minutos de película doméstica, recuerdo de un viaje por Europa. 

El abuelo de Glenn era David Kurtz, nacido en 1888 en Polonia, era un emigrante polaco, que llegó a EEUU con apenas 4 años con el resto de su familia. En los  años 30 del siglo XX, ya casado, vivía en Brooklyn, Nueva York.

En junio de 1938, compró una pequeña cámara de cine para aficionados. Se trataba de  la Magazine Ciné-Kodak, un modelo que Kodak lanzó en 1923 para aficionados a captar imágenes en movimiento, cuya novedad era que utilizaba una película reversible de 16 mm. en soporte de acetato de celulosa, denominado safety (seguro) en contraposición al nitrato, que en determinadas condiciones de temperatura y humedad era autocombustible. Es más que probable, que la cámara de David, de 1938, fuese el modelo evolucionado que se empezó a comercializar en 1936.

Sea como fuere, cuando adquirió la cámara, seguramente ya sabía que viajaría con su esposa y unos amigos, durante unas semanas por Europa aquel verano. El mismo verano, que sin saberlo aún, el continente se deslavazaría y acabaría en un genocidio y una ocupación fascista que marcaría una profunda herida en la historia de la humanidad.

En agosto de 1938, los Kurtz y sus amigos recorrieron Suiza, Países Bajos, Francia e Inglaterra, y de manera inesperada, incluyeron Polonia en su recorrido. Alquilaron un coche en Varsovia y recorrieron algunas pequeñas ciudades de su país de origen. 

ver nota al pie núm. 2

La película de Blanca Stigter se presenta como una clase magistral de cómo desarrollar una investigación fílmica basándose en el material original. Mientras, una voz en off relata cómo fueron identificando los lugares: la ciudad, las calles, el comercio y a las personas que saludan a la cámara a su paso. 

Cómo afrontaron algunas dificultades dentro del proceso, ya que el material estaba muy deteriorado afectado, en gran parte, por descomposición acética del celuloide (síndrome del vinagre), contraído, abarquillado, agrietado. Se podría decir que era un muestrario completo de los males que pueden llegar a afectar al soporte físico de una película. Sin embargo, siendo consciente de la importancia histórica de las imágenes, Glenn decidió depositar los rollos en el United States Holocaust Memorial Museum, donde se encargaron de restaurar, digitalizar y difundir el resultado con la colaboración de ColorLab. Y que actualmente se pueden ver online aquí y saber más sobre el material de archivo aquí.

A partir de esos 3 minutos de película, Glenn inició toda una investigación fílmica e histórica: ¿dónde estaban?, ¿qué lugar es el que sale en sus películas?, ¿Berezne? no, no lo era. ¿Nasielsk? La puerta tallada de una sinagoga le da la clave de la localización. Muchos de los niños y adultos que aparecen delante de la cámara eran judíos, al inicio de una mala época para serlo. La invasión nazi tardó poco tiempo en alcanzarles. 

Parte del metraje se había rodado en blanco y negro y parte en color. Y llama la atención la conservación de los rojos: el vestido rojo, el lazo rojo, las flores rojas… Es imposible no recordar a la niña del abrigo rojo en “La lista de Schindler” (1993, Steven Spielberg).

Lo curioso es que con ese breve metraje la directora consigue contar la historia en una pieza documental de poco más de una hora. En ella, repite esas imágenes centrando la atención cada vez en algo diferente. Juega con zooms, paneos, ampliaciones, cambios de velocidad, bucles y cambios de encuadre. Todo el montaje visual está acompañado de una narración a la que da voz Helena Bonham Carter, que avanza poco a poco, mientras entra y sale de la historia. Lo decora con algunas anécdotas de algunas de las personas que salen en las imágenes. La mayor parte, fallecidas, otras desaparecidas, pero todas y cada una con una pequeña historia de vida detrás. 

Notas al pie:

  1. Toda la investigación hecha por Glenn Krutz quedó recogida en el libro: Three minutes in Poland: discovering a lost world in a 1938 family film, que Glenn Krutz publicó en 2014.
  2. Mapa de Polonia: Poloniae regni amplissimi in quo abundantiam silvarum paradisum Venatorum, realizado por Eliasz Kanarek y Tadeusz Lipski en 1938, por encargo del gobierno de Polonia para la New York World’s Fair de 1939, para mostrar los recursos naturales de la nación representado a sus vecinos, Alemania y Rusia, de una forma poco amistosa. Por ello, durante la feria las delegaciones soviéticas y alemanas se incautaron de la mayoría de las copias.
    (aquí podréis leer más información sobre la historia que rodea a este mapa)
    (fuente: DPLA Digital Public Library of America. American Geographical Society Library Digital Map Collection)
  3. “El Cartógrafo, un mapa del universo dramático de Juan Mayorga”, de Zoe Martín Lago, sobre la obra teatral de Juan Mayorga, situada en un gueto judío de Varsovia.
  4. Un bonus track, una recomendación inspiradora de historias pequeñas que acaban siendo grandes. El podcast Historias de las buenas de Nuria Pérez y su equipo.“La niña de los ojos verdes”, empieza con la historia de una escritora que fracasa en la presentación pública de su primer libro y te lleva la mano a un gueto judío de la Polonia invadida por los nazis.
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Documentando la Guerra Civil en color

Hace unos días se presentó en la Semana Internacional de Cine – SEMINCI, en Valladolid, y posteriormente en cines, el largometraje documental ‘España en dos trincheras: Guerra Civil en color’, proyecto en el que he tenido la enorme suerte de trabajar, dentro del equipo de documentación junto con Lucia Sances y Marta Torras.

A la vez que el largometraje se ha producido una serie de tres capítulos ‘España Dividida: Guerra Civil en color’ que se estrenará en DMAX (antes Discovery MAX) a partir de mediados de noviembre. Ambos proyectos producidos por Minoría Absoluta para VEO TV y su canal DMAX.

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La entrada completa aparece primero en BiblogTecarios, ver aquí.

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